Cuadrillas de niños y niñas en una soleada tarde en la piscina. Una de las estampas más habituales del verano en la que los juegos y los baños son la diversión ideal para los más pequeños. Para que todo se desarrolle sin problemas hay tres cosas, al menos, que hay que tener muy en cuenta: protegerse del sol, hidratarse convenientemente y, por supuesto, una alimentación correcta y no muy pesada para que los más pequeños de la casa aguante la larga jornada que tienen por delante.

 

Muy importante, la protección ante el sol. Cremas protectoras e hidratantes para después del sol; gafas de sol homolagadas y gorros o sombreros para protegerse la cabeza. Los niños van a estar continuamente entrando y saliendo del agua, por lo que es fundamental repetir la aplicación de cremas cada cierto tiempo. Ese puede ser el momento para que coman algo, porque será difícil hacer que se sienten todos tranquilamente a merendar. En cualquier caso, después de comer o merendar es conveniente guardar un tiempo prudencial antes de regresar al agua.

 

El agua y la fruta son fundamentales para la hidratación, mucho  mejor que los refrescos. Cuidado con pasarse con la fruta. Ya sabéis que contiene mucha azúcar y más pronto o más tarde los niños van a querer un helado (probablemente lo utilices como recompensa para que se porten bien) y generalmente constituyen también una elevada aportación de azúcar. Pero ¿quién va decir que no a un buen trozo de sandía?

 

 

LA HORA DE LA MERIENDA

Ya lo decíamos antes. Será difícil que se sienten tranquilamente a merendar. Por eso, el bocadillo es la estrella para este tipo de ocasiones. Pero os vamos a dar algunas ideas para que no se convierta en el típico bocadillo aburrido que acaba por cansar a un niño más pendiente del juego y de la diversión que de alimentarse. Os recomendamos, el embutido como Fuente de Proteínas, que juegan un importante papel en el desarrollo de los huesos de los niños. Tened en cuenta que el desgaste que van a experimentar en estas jornadas será alto, o sea que no le vemos inconveniente dentro de una dieta equilibrada. Vamos con esas opciones al bocadillo de toda la vida.

 

ROLLITOS

Los niños y niñas van a querer seguir jugando mientras se alimentan en la piscina. Por eso es mejor llevar preparadas unas miniraciones de un sólo bocado. Los rollitos de picadillo de Chorizo Extra Sarta 100% Natural son ideales. Los puedes preparar por la mañana. Utiliza un rodillo de cocina (o una botella de vino, vamos) para aplastar las rebanadas de pan de molde todo lo que puedas. Combina el picadillo de chorizo con lo que más te apetezca: queso de untar, tomate natural picado o incluso, guacamole (sí el aguacate combina muy bien con el chorizo). Unta el pan de molde aplastado, enróllalo sobre papel film y ciérralo por los lados como si fuera un caramelo. Guárdalo en la nevera hasta que te vayas a ir a la piscina y justo antes lo cortas en rollitos. Ya verás como les encanta. Si quieres aumentar las proteínas, puedes utilizar nuestro Chorizo Extra Sarta con Quinoa. Mira estos de salami que hace Carmen Álvarez en su blog de Hola.

 

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PICOS DE PAN CON EMBUTIDO CORTADO

Hay que ponérselo fácil. Y para eso nada mejor que reutiliza envases de queso fresco, yogures o similares y rellenarlos con picos de pan con embutido ya cortado. Es una manera ideal de que venga a donde nos encontramos, cojan su envase individual y puedan seguir jugando, paseando o cualquier actividad que no implique estar sentado junto a nosotros. Cortar el embutido en palitos o pequeños rollos de jamón serrano o jamón de York. Y para quien prefiera otras opciones, unas cuantas aceitunas o pepinillos o un puñadito de frutos secos puede servir perfectamente.

 

 

PANINIS O TORTITAS RELLENAS

Hoy es fácil encontrar en el mercado un buen montón de productos ideales para rellenar o poner sobre ellos una capa de proteínas, hornear y dejar listos para consumir varias horas después. Tanto en su versión panini, como en tortitas para rellenar lo importante es que los alimentos que se utilicen contengan todas las proteínas que los niños van a necesitar para un día de alta actividad. Por supuesto que su ingesta es más recomendable en momentos de ocio en exterior que no esas tardes en las que los niños, probablemente ya cansados, opten por permanecer tranquilamente en casa.

 

Podemos coger algunos embutidos tradicionales (chorizo, salchichón, chistorra) sacarlos de su tripa y con esa base hacer una masa con tomate natural, queso de untar, albahaca o aguacate. Extenderla en rebanadas de pan de pueblo o en tortitas ya preparadas y hornear durante un tiempo. Envueltos en papel film y manteniéndolos en un lugar fresco, nos serán muy útiles para una merienda que no requiera especial descanso por parte de los más pequeños.

 

 

TORTILLA DE PATATA

No podía faltar y menos si la jornada se alarga y se plantea una merienda cena en toda regla. Sólo de patata, de patata con chorizo o en su versión campesina, con algunos vegetales, constituye un fin de fiesta especial antes de abandonarse a un reparador (y merecido descanso). Con todos los niños ya acostados, es también el acompañante ideal para los más mayores, ya más relajados. Aunque en este caso, un buen vino para acompañar el bocado es indispensable.